En diversas ocasiones hemos
podido ver de cerca la curiosidad de los niños. Y es que ellos nos enseñan y
nos recuerdan mucho lo que podemos hacer si nos salimos de nuestra área de confort.
Ser curioso es algo que se nos va con el tiempo, se desaparece: dejamos de
investigar; dejamos de preguntar; no sabemos el porqué de las cosas, solo las
aceptamos. Y lo malo es que nos acostumbramos a ello. Entonces, ¿podemos nosotros
recuperar nuestra curiosidad? Por supuesto la respuesta es: SI!
Un niño es curioso por
naturaleza. Le gusta inventar, desordenar, ver lo que las cosas tienen por
dentro. Muchas veces los vemos observando fijamente una hormiga o el trasluz de
la hoja con la luz del sol. A veces hurgan en las gavetas o en sus cestas d
juguetes hasta encontrar lo que quieren, eso que se les perdió o que quieren
encontrar con tanto ahínco. Y nosotros los adultos en realidad hemos perdido
ese interés en seguir buscando hasta encontrar lo que estamos buscando. Se nos perdió
el interés y lo dejamos ir.
Pues nuestra tarea de estas próximas
semanas debe ser recuperar nuestra curiosidad. Sí, esa curiosidad que tienen
los niños. Para aprender cómo se hace, solo debemos querer algo tanto que nada
nos detenga. ¿Han visto cuando a algún pequeño se le antoja algo?; ¿cuándo
quiere algo de esa manera tan determinada que consiguen la información que
estaban buscando? Y en caso de que no lo sepan o no lo consigan comienza el
famoso ¿Y por qué? Un niño curioso nunca se detiene en aprender y en encontrar
la respuesta que está buscando. Un niño puede hacer un millón de preguntas y
tienen otro millón de preguntas guardadas; pueden buscar en decenas de lugares
hasta dar con lo que quieren; pueden jugar con las cosas más pequeñas o más
grandes, siempre y cuando a ellos les parezca interesante, no a nosotros. Mientras
los adultos tratan de matar a los insectos, los niños los observan de maneras
diferentes, ven sus patas o sus alas y ven hasta el más mínimo detalle.
Ahora debemos preguntarnos, ¿qué
nos pasó?; ¿Cuándo o porqué se nos perdió la curiosidad? Y ahora, ¿Qué debemos
hacer para recuperarla? La curiosidad en realidad es una cualidad y está
relacionada con algo inquisitivo, algo que nos invita a investigar, explorar y
aprender. En otras palabras, no es otra cosa sino una gran emoción por adquirir
nuevo conocimiento. En muchas ocasiones uno se detiene a pensar cómo algo en
particular fue descubierto o porqué alguien descubrió diferentes usos para
cosas que no existían antes. Se ha dicho que la curiosidad ha sido uno de los
elementos y las fuerzas más importantes detrás de muchos de las investigaciones
científicas y muchos de los descubrimientos que se han hecho en una gran
cantidad de disciplinas. Solo pensemos en la astrología, la geografía o la
biología; ciencias que desde hace siglos han sido investigadas. Pensemos en el
arte o la música y la evolución que sus diferentes estilos han tenido desde la
edad media. Son muchas las ideas y los descubrimientos que luego de muchos
intentos se han logrado y alcanzado gracias a la curiosidad.
Seguiremos motivando. Luis
Vicente Garcia.
www.luisvicentegarcia.com
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