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Luis Vicente, coach y motivador para ayudarte a alcanzar el éxito. Fundador y CEO de Incrementum Academy

domingo, 10 de diciembre de 2017

Y, ¿cómo estás hoy?

Es muy probable que cada vez que te consigues a alguien en la calle, en un ascensor o que lo llames por teléfono, alguno de los dos - generalmente quien inicia la conversación - haga una de las más sencillas y amables preguntas que se hacen durante el día: ¿cómo estás? El cómo estás se puede cambiar, dependiendo del país o de la región en la que te encuentres por algunas variaciones diversas, como por ejemplo: ¿Qué tal?; ¿Cómo andas?; ¿Qué hubo?; ¿cómo te sientes?; o ¿Qué cuentas? entre otras.

Dependiendo también del idioma que hablemos, la pregunta ¿y cómo estás? puede significar un simple hola o una verdadera pregunta sobre el cómo has estado, lo que requiere de casi una explicación detallada. En nuestro idioma castellano esta pregunta es generalmente un saludo muy cordial. Sus respuestas por supuesto tienen por ende diferentes posibilidades; pero siendo una pregunta sencilla debería tener, como en realidad tiene, una respuesta simple, sencilla y corta a la vez: bien o muy bien y nuestra respuesta es bastante automática en la mayoría de las ocasiones.

En algunos casos esta pregunta tiende a averiguar el estado de ánimo de la persona y algunas veces de sus sentimientos. Ese es el caso cuando la persona pregunta algunas  variaciones como lo pueden ser ¿Qué es de tu vida? o ¿Cómo te trata la vida? En muy pocas ocasiones, sin embargo, vamos a esperar a que en realidad  la persona a quien se lo preguntamos nos cuente como les ha tratado la vida desde que nos vimos por última vez.

En los países en donde la situación está relativamente bien y estable, también se escuchan respuestas como estoy feliz, alegre, entusiasmado o hasta excelente. Sin embargo, en los países donde la situación económica o social es compleja, las respuestas tienden a tener un tono más negativo con algunas diferenciaciones. Desde un común ‘más o menos’ hasta un ‘no tan bien’, pasando por un ‘aquí vamos’ o simplemente ‘tú sabes’... En estos días, sin embargo, he venido escuchando una respuesta algo diferente, una más seria y pensativa. Una gran cantidad de personas antes de responder respira profundo, te dice ‘bien’ (uno pausado y bastante alargado por cierto) y, a continuación, le agrega algún complemento, frase o adjetivo diferente. De allí que estemos escuchando un ‘bien… pero tú sabes’.  Es algo así como que si quien responde quiere enfatizar algo que quizá ya uno sabe o piensa que sabe, esperando que ambos nos sintamos de una manera similar.

Y es que al parecer es la sociedad completa la que no se siente bien en estos días que transcurren entre la incertidumbre, los cuestionamientos y las dudas. Sabemos que a todos nos afecta la situación de una u otra manera, a algunos con un impacto más negativo y que en conjunto no estamos en el mejor momento. Pero entonces, ¿qué hacemos?

Una de las primeras recomendaciones es que debemos estar antes que nada bien con nosotros mismos. Y por ello antes de preguntarle a otro ¿cómo estás? debemos preguntarnos a nosotros ¿cómo estoy? Esta no es una pregunta para tomársela a la ligera sino en realidad debemos pensar, reflexionar y darnos cuenta de lo importante que es en este momento. Debemos estar bien con nosotros mismos, debemos tener confianza en nosotros y debemos de alguna manera estar tranquilos. Recordemos que nuestros pensamientos afectan nuestras emociones y nuestras emociones se convierten en acción; esas son las respuestas a lo que nos sucede alrededor.

Una segunda recomendación sería comprender el entorno familiar y laboral que nos rodea: ¿es positivo o negativo?; ¿nos rodean personas optimistas o pesimistas?; y, ¿Qué aporte hago yo? Recuerden que somos el promedio de las personas que nos rodean. Y como tercer factor para darnos cuenta de cómo estamos es importante recordar que debemos ser agradecidos, pues no todo lo malo nos sucede a nosotros. Recuerda que:

“Te verás por fuera como te Sientas por Dentro.”

Valora lo que tienes, con quienes compartes y comprende lo que puedes lograr y alcanzar; valora lo que eres y lo que puedes llegar a ser. Rodéate de personas que todavía sean positivas y actúa de la misma manera. A la vez, practica la gratitud de manera diaria. Estas son cosas simples que podemos hacer y que si bien no eliminan todo lo malo que nos rodea, nos permite ver la vida con una perspectiva diferente. Y permítete la posibilidad de sentirte bien.  

Seguiremos motivando. Luis Vicente Garcia

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