jueves, 18 de julio de 2013

Mariano Rivera: MVP del Juego de las Estrellas


Creo que este año se van a escribir muchos artículos sobre Mariano Rivera, quien a principios de este año anunció su retiro del beisbol luego de 19 temporadas. Hoy recuerdo claramente el haber estado presente en el primer encuentro entre los Mets y los Yankees de Nueva York durante la Subway Series, como fue llamada la Serie Mundial entre dos equipos de Nueva York desde el año 1956. En aquel primer encuentro yo estaba sentado en los bleachers (o gradas) del viejo Yankee Stadium y recuerdo haber presenciado una de las tantas experiencias que uno vive en un estadio de béisbol. Ese primer juego de la serie mundial del año 2000 para mí fue increíble. Era mi primer juego en persona de una Serie Mundial, entre dos grandes rivales de la historia y en la ciudad de Nueva York. Además, comenzaron pichando Andy Pettitte por los Yankees y Al Leiter por los Mets, otros dos grandes pitchers de la historia. Y, la vivencia y la experiencia que se vive en un juego de los Yankees, aunado a que estaba además en el primer juego de la Serie Mundial, sintiendo en ese momento la emoción y la rivalidad que siempre ha existido entre dos equipos de una misma ciudad, se vivieron de tal forma que las casi 56,000 personas que asistimos al estadio, nos sentamos por primera vez luego del cuarto inning.

Por esas casualidades de la vida, la entrada que conseguí para ese día fue en los bleechers, justo detrás del bullpen de los Yankees. Y como en todo juego de los Yankees en los últims19 años, en el octavo inning se paró a calentar, nada más y nada menos, que Mariano Rivera. Los que estábamos allí dejamos de ver el juego solo para ver cómo eran su preparación y  su calentamiento. Poco a poco esa recta fue aumentando de velocidad hasta que ya en cierto momento lo que uno escuchaba era solo un zumbido, una recta a más de 90 millas por hora que golpeaba la mascota del cátcher a una velocidad que el sonido del golpe en la misma se hacía retumbar.

Y llegó el momento. Los Yankees arriba por una carrera en la primera entrada del noveno inning y el anunciador del estadio dice a todo volumen, “..and now, ptching for the New York Yankees, number 42, Marianooooo Riveraaaaaaa”. Los pocos que estaban sentados brincaron de emoción y vi, desde esa parte atrás del Yankee Stadium, esa ya famosa de imagen de Mr. Sandman entering the field, la salida en vivo de Mariano Rivera hacia el montículo, en pleno Yankee Stadium, en medio de una de las ovaciones más grandes que he escuchado en mi vida.

Todo esto se los cuento pues la noche del pasado martes se llevó a cabo el Juego de las Estrellas de este año, en el Citi Field (nuevo estadio de los Mets), en la ciudad de Nueva York. Para los que nos gusta el béisbol, ese es un juego maravilloso, sin mucha presión, donde observamos los uniformes de casi todos los equipos de las mayores, donde se ve la camaradería entre los jugadores y fue allí cuando vimos en el octavo inning, que el Manager de la Liga Americana,  Jim Leiland de los Tigres de Detroit, decidió traer a Mariano Rivera a pichar su último inning en un Juego de las Estrellas, el número 13 de su carrera. La ovación que se vio y escuchó por televisión fue tan grande como la que yo había presenciado 13 años atrás.  Y, el gran recibimiento que le dio esa noche, toda la afición de Nueva York u otros lugares que se encontraba presente en el Citi Field, a Mariano Rivera en su último Juego de Estrellas volvió a ser otro de los momentos llenos de emociones que uno vive en el béisbol.  

Mariano Rivera, el mejor cerrador de toda la historia, salió del bullpen, no solo ante la ovación de los aficionados y al sonido de la canción “Enter Sandman” de Metallica, la cual ponen cada vez que él entra al campo de juego, sino además recibiendo el “respeto” de todos los jugadores que estaban en ambos equipos quienes, sin excepción, aplaudían  desde los dugouts; adicionalmente, ningún jugador de la Liga Americana salió al campo de juego – que estuvo completamente vacío - hasta que Mariano llegó al montículo, recibiera los aplausos y admiración de todos los presentes y fue allí y no antes que salió el cátcher Salvador Pérez a recibir sus lanzamientos. Y luego, como se respetaba antes a los grandes jugadores, fue solo luego que Mariano hizo su segundo lanzamiento de calentamiento  que salieron el resto de los jugadores de la Liga Americana al campo. Eso es respeto, es admiración, es saber darle el momento a quien verdaderamente se lo merece y es darle, además, a una persona que por 19 años ha vestido un solo uniforme en las ligas mayores (algo que raramente se ve hoy en día), el gran reconocimiento que ha logrado alcanzar. Y dentro de los honores que dan las grandes ligas, Mariano Rivera fue nombrado el jugador más valioso (MVP) del Juego delas Estrellas 2013.

Para quienes no vieron ese estelar  momento o para quienes lo quieren volver a ver, lo pueden encontrar en el siguiente likn: http://www.youtube.com/watch?v=Q00SDdC7z3k  

Esos son los momentos mágicos que vivimos a diario sin a veces darnos cuenta. Ver ese campo de juego completamente vacío, con Mariano solo en el montículo, quitándose la gorra para saludar a sus compañeros y todo el público presente, con una cara de total emoción, mientras esperaba a que esas más de 45 mil personas terminaran de aplaudirle de pie, ha sido una experiencia excepcional.

Aprendamos la importancia de admirar a quien se merece admiración, respetar a quien merece respeto y sobre todo, a disfrutar esos momentos emocionantes que podemos disfrutar todos los días.

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