Pocas veces en la vida uno tiene oportunidades de
experimentar ciertas cosas que nos cambian la vida.
La primera semana de enero
hice un viaje de 6.240 kilómetros, por seis ciudades a través de cinco países a
lo largo de 26 horas para volar desde Caracas, Venezuela hasta Oaxaca, México.
La razón: Emprendiendo para ARMONIA! o como lo llamé: 6.200 kilómetros para emprender.
Fui invitado especial de la Entrepreneurs Interational Foundation para participar en un
proyecto con el equipo que maneja una institución sin fines benéficos llamada
Armonia en las afueras de Oaxaca. Allí, estudiantes indígenas tienen la
oportunidad de verdaderamente cambiar su vida: aprenden español, van a la
escuela, terminan el bachillerato, la mayoría va a la universidad y un altísimo
porcentaje de ellos regresa a sus comunidades para ofrecer ayuda a todos los
que necesiten. Son descendientes de los indios Zapotecas o de otras de sus etnias
que los vieron partir de jóvenes. Sus padres también van aprendiendo poco a
poco algunas tareas que les permita poder vivir en unas mejores condiciones
humanas.
Pueden ver un corto video sobre esos días en oaxaca: https://www.youtube.com/watch?v=PoH8vtxK1vA
Nuestra tarea muy sencilla; construir un Centro de
Emprendimiento. La realidad, muy difícil. Al entender el esfuerzo de esos jóvenes
para sacar sus estudios (dificultades para obtener agua potable; falta de
materiales; escasa ropa y comida; caminan más de una hora al día para trasladarse
desde y hacia sus escuelas; solo visitan a sus familias dos veces al año) quienes
lo poco que tienen lo comparten entre ellos, nuestra tarea se hizo más
compleja. Íbamos a enseñar a emprender y quienes aprendimos fuimos las 15
personas que fuimos; íbamos a construir y nos dimos cuenta de que necesitan
mucho más que un centro de emprendimiento. Fuimos con la idea de hacer algunas
filmaciones de lo que hacíamos en esos días y terminando con más de 200 horas
de filmación que serán destinadas para hacer un documental que servirá para
obtener fondos para que el proyecto ARMONIA siga adelante. Son más de 400 jóvenes
que a lo largo de unos 25 años se han beneficiado de una mejor educación que
les permite tener un mejor porvenir. Y nosotros, aprendimos sobre lo más
importante de un ser humano: aprendimos sobre la vida.
Uno emprende para lograr hacer cosas, crecer y
desarrollarse. Éstos jóvenes van a emprender para lograr obtener un sustento
para su futuro. Todos los que hemos estado involucrados en educación sabemos lo
costoso, complejo y delicado que es educar. Y ahora además de ello, conocimos
jóvenes quienes tienen la necesidad y deseo de conocer, aprender y de vivir. El
emprender ha sido un aprendizaje para ellos y para quienes fuimos.
Muchas cosas vienen a la memoria: las conversaciones con los
muchachos y muchachas que allí conviven, las historias de quienes pudieran
haber tenido una vida en el campo y hoy día son profesionales o estudiantes en
campos tan variados como medicina, enfermería, psicología, arquitectura, derecho
y un tres de ellos son un ejemplo a seguir: uno estudia para ser un
clarinetista en una orquesta, otro quiere estudiar ingeniería aeronáutica y el
tercero es un sabio de la matemática. ¿Qué hubiera pasado si la Organización ARMONIA
no existiera? Ellos seguirían trabajando en sus pueblos montañosos y el mundo
se estaría perdiendo de uno jóvenes brillantes, extraordinarios y muy
especiales.
Gracias a la familia Cruz por habernos invitado en un momento
tan difícil como éste donde quienes no conocimos a Saúl lo recordamos ya de una
manera muy especial; gracias a Joe y Joseph Creech por habernos permitido
conocer a éstos jóvenes más de cerca y haber aprendido de ellos. Gracias a la Entrepreneurs International Foundation
por habernos hecho parte de esta ‘Mission for Good’. Gracias a DNA
Films por lo que será un maravilloso documental que le permitirá a la
organización seguir adelante por 25 o quizás 50 años más. Y gracias a mis
nuevos amigos (Brenda, Tamara, Diyari, Gary, Michelle, Steve, Dustin) y al grandioso
Crew (Nick, JW, Linda, Zack, Ramy, Carlo y los demás miembros del equipo) por
haber estado allá, como gran soporte, apoyo y por ser generadores de una gran
idea que puede ser llevada a muchísimos otros lugares en América Latina y del
mundo.
Para quienes quieren aprender y conocer acerca de ARMONIA y
sobre todo cómo ayudarlos a éste magnífico proyecto, los invito a visitar su
página web http://www.armoniaus.org/
Y luego de haber recorrido tan solo 6.200 kilómetros para
llegar allá, sin dunda lo volvería a hacer, pues no solo fue un gran
aprendizaje, fue una visión de un mundo mejor, una ‘Misión para el Bien’
Luis Vicente Garcia
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