Si en realidad nos damos cuenta, todos los días, no solo donde celebramos a nuestros padres, hijos o celebramos algún otro tipo de fiestas, son días para celebrar en todos los sentidos. Debemos celebrar que estamos vivos, que en la mayoría de los casos tenemos salud, que tenemos una mente que nos permite crear y generar ideas y que nos permite tomar acciones y decisiones sobre lo que queremos. Algunos serán días para meditar o pensar y otros para tomar acción. Algunos días serán excelentes, otros serán buenos y otros no tan buenos, pero todos son días donde aprendemos, crecemos y donde debemos mejorarnos como personas, como miembros de nuestras familias o comunidades o como parte del equipo de la empresa donde trabajamos.
Hay que celebrar la creatividad, la iniciativa y la innovación. Estamos obligados a fomentar el crecimiento personal y profesional de cada uno de nosotros y de quienes nos rodean y al final del día, debemos reflexionar en lo que hemos logrado y hemos alcanzado. Aquí lo importante es darnos cuenta de quienes somos y en realidad de qué es lo que queremos lograr para nuestro futuro, pero nunca desprendiéndonos de nuestro pasado.
Felicito a mis padres, a quienes les doy las gracias por haberme hecho quien soy. Felicito a mis suegros, a quienes les doy las gracias por haberme permitido entrar en su familia y felicito a todos los padres en general quienes con su empeño y dedicación lograron sacar de cada uno de sus hijos lo que somos hoy en día y darnos la esperanza de que todos podemos tener un futuro verdaderamente espectacular.
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