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Luis Vicente, coach y motivador para ayudarte a alcanzar el éxito. Fundador y CEO de Incrementum Academy

miércoles, 8 de septiembre de 2010

IMAGINACION ACTIVA

Algunos han escuchado hablar acerca de Lyman Frank Baum, un niño de salud muy frágil nacido en Chuttenango, Nueva York el 15 de mayo de 1856. Otros pueden haber crecido leyendo sus obras literarias, mientras algunos en años más tarde pueden haber crecido viendo las películas realizadas sobre sus libros o las obras musicales hechas sobre los mismos. Otros inclusive, todavía cantamos y nos deleitamos con algunas de las canciones compuestas para la película de su más famoso libro, El Maravilloso Mago De Oz, o de las nuevas versiones más modernas de estas fabulosas canciones. Puede que inclusive algunos hayan tenido la oportunidad de conocer la verdadera historia de las brujas del Mago de Oz, en una obra musical fabulosa que se está presentando en Broadway y otras ciudades en los Estados Unidos llamada Wicked.

Pero, ¿y por qué me refiero a todo esto? Pues porque ese mismo niño que no podía casi ni correr se dedicó a leer los cuentos de Dickens y Thackeray, así como innumerables cuentos e historietas europeas y americanas a finales de los 1800 las que le abrieron la imaginación que luego lo impulsaron a crear e inventar sus propios cuentos e historias que comenzó a publicar en el año 1897. Justo cuando cumplió 44 años, el 15 de mayo de 1900 publicó El Maravilloso Mago de Oz y desde ese año hasta su muerte en 1919 publicó más de 20 historias y cuentos cortos sobre el Mago de Oz y la Tierra de Oz así como otros 50 libros de cuentos para niños, novelas, libretos para películas y obras musicales. Dado el éxito obtenido con los cuentos sobre la tierra de Oz, los editores y publicistas deciden crear el “Real Historiador de Oz” quien en conjunto con otros colaboradores escriben otros 19 libros sobre el Mago y la Tierra de Oz hasta 1963. La obra se hizo aún más famosa cuando salió la película El Mago de Oz en 1939 con su ya legendaria canción Over The Rainbow cantada por Judy Garland, obteniendo 3 Premios de la Academia al año siguiente. Nuevas canciones, nuevas películas, libros y musicales han sido escritos y presentados con mucho éxito, incluyendo la canción The Yellow Brick Road, de Elton John (pasó 103 semanas en las carteleras entre 1973 y 1975), la película The Wiz (con Diana Ross y Michael Jackson) y el libro de Gregory Maguire publicado en 1995, titulado “Wicked: La Vida y Tiempos de la Bruja Mala del Oeste”. Fue basado en este libro que en el 2003 se presentó la obra Wicked en Broadway, ganadora del Premio Tony a la mejor actriz de una obra Musical, que cuenta la verdadera historia de las brujas del Mago de Oz. Adicionalmente en el año 2004, el American Film Institute nombró a la canción Over The Rainbow como la mejor canción de películas de todos los tiempos. Y todo esto se debió a que un niño no tuvo la salud necesaria para correr como todos los demás y se dedicó a leer y con eso a motivar, crear, alimentar y hacer crecer su imaginación.

La mente se define en la psicología como el fenómeno que emerge del cerebro que le da al ser humano la capacidad de entender y de crear pensamientos, de racionalizar y de llevar a cabo las habilidades de la percepción, la emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad, entre otras habilidades cognitivas. Por supuesto que no voy a entrar en el análisis psicológico de éste significado (se lo dejo a los más aficionados) sino que debo señalar que es la mente la que nos permite pensar, tener emociones, generar ideas y a la vez innovar e imaginar. Y es allí donde debemos trabajar duramente, ya que una mente sana es una mente activa y como todos ya conocen, todo crecimiento humano e intelectual, todo desarrollo tecnológico, toda nueva invención y todo nuevo progreso viene dado por el desarrollo de nuevas, creativas e innovadoras ideas generadas por la mente humana.

Todos tenemos dentro de cada uno de nosotros un gran almacén lleno de capacidad que no utilizamos. Muchas estadísticas señalan que la mayoría de las personas solo utilizan entre el 10% y el 20% de la capacidad de su cerebro o de su mente. Esta afirmación parecería más bien ser un mito más que una realidad. Una persona tiende a usar gran parte de su mente para la mayor cantidad de las actividades que realiza. Ahora bien, la verdad es que no siempre sabe cómo utilizar la mejor capacidad de su mente, no sabe cómo entrenar su mente para que funcione más eficientemente y como cualquier otro músculo del cuerpo humano, al no ser utilizado correctamente se atrofia o pierde su correcto funcionamiento. Por eso es demasiado importante enfatizar que no importa la edad que se tenga, el nivel de estudio que se haya obtenido o el trabajo diario o cotidiano que la persona haga, es necesario trabajar en la mente, dedicarle tiempo a entrenarla correctamente, a ayudarla en su funcionamiento y a prepararla sobre todo para las edades más avanzadas. Parte de eso se logra con la imaginación. Una imaginación libre ayuda a tener nuevas ideas; una imaginación nueva ayuda a generar más ideas y así sucesivamente podemos seguir generando ideas para hacer cosas diferentes que nos hagan pensar distinto y que nos ayuden a innovar o a generar nuevas formas de pensar o de actuar. Simples cosas como por ejemplo ir de compras a lugares diferentes, tomar una ruta distinta para ir al trabajo, peinarnos o cepillarnos los dientes con la mano contraria, hacer amigos de manera distinta, leer periódicos o revistas nuevos, hacer ejercicios mentales como de lógica o de matemática, escuchar emisoras de radio o música diferente entre otras cosas nos ayudarán a cambar de hábito y a no hacer las cosas de manera rutinaria.

Una nueva idea puede estar justo delante de nosotros y puede que no la veamos; pues salgamos a buscarla. Las ideas pueden estar en cualquier parte, en las hojas de los árboles, en las alas de los pájaros, en la cara de alguien que vimos o en lo que acabamos de pensar leyendo estas líneas. Una idea puede estar en cualquier parte y un grupo de ideas nos ayuda a innovar, a ser creativos y a hacer crecer nuestra imaginación. Pues seamos como Frank Braum, seamos creativos y soñadores, tengamos una idea y explotémosla, tengamos pensamientos creativos y una imaginación activa, pero por encima de todo, entrenemos nuestra mente para pensar siempre en cosas nuevas, en cosas positivas, para pensar más allá de nuestra imaginación y como dice la canción de la película, "si los azulejos vuelan alegremente más allá del arcoíris, ¿por qué no podré hacerlo yo también?".

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