lunes, 20 de enero de 2014

El Sueño de Walt Disney


Walter Elias Disney
Tratando de hacer memoria no sé si fueron los primeros dibujos animados, las primeras películas animadas o los documentales de la naturaleza. Más adelante recuerdo, tal como hacen los niños de hoy cuando esperan ansiosamente que comience alguno de sus programas favoritos, que yo también muy emocionado esperaba a que comenzara el programa llamado El Maravilloso Mundo de Disney, que a veces pasaba programas de aventuras, del oeste lejano o de dibujos animados. Puede haber sido en mi primera visita a Walt Disney World en el año 75 cuando había que comprar tickets individuales para tomar el monorraíl o para comprar el acceso a un número determinado de atracciones y no como hoy, que se compra un ticket para pasar en el parque el día completo. De allí en adelante una y otra vez, las nuevas películas ahora computarizadas, los nuevos parques en diferentes continentes, la adquisición de varias empresas a veces relacionadas con el entretenimiento y los diferentes libros que he podido leer, dieron paso a que me convirtiera no sólo en un admirador de Walt Disney sino también de todo lo relacionado con la cultura de la empresa Disney.

Escribo de esto porque el fin de semana pasado, mi familia y yo vimos la nueva película llamada “Saving Mr. Banks”, una película protagonizada por Tom Hanks y Emma Thompson, recreada a principio de los años 60 cuando Walt Disney adquirió los derechos para hacer la película de Mary Poppins. Aquí vemos muchas cosas, como por ejemplo que lo que se crea en la imagen de un autor o de un escritor es muy distinto a lo que otros ven o vemos en la realidad. Para la escritora inglesa P.L. Travers, su niñera Mary Poppins no cantaba, era dura, transmitía una realidad complicada y vivía en una especie de situación muy compleja. En pocas palabras reflejaba la difícil y dura niñez que la señora Travers tuvo cuando vivía en Australia. Sin embargo en esta película se nos enseña también que cuando uno lee, escucha u oye lo que los otros autores, escritores o compositores hacen y crean, uno lo interpreta de una manera muy distinta. En la película vemos como para Walt Disney, Mary Poppins era todo lo contrario, trayendo alegría, humor, canto y diversión a los niños, para que al final del cuento Mary terminara ayudando no a los niños en la historia sino a su padre, el señor Banks.

Walt Disney fue un soñador, un visionario, creativo e innovador como pocos en su época y con una filosofía muy especial. Sus películas innovaron cada vez que se proyectaron, trayendo movimiento y sonido a los dibujos animados, trayendo canciones muy alegres aunque a veces creando situaciones muy tristes y todo para dibujar una realidad que si bien a veces puede ser dura, depende de cada uno de nosotros el mejorarla y, en el caso de cada uno de los héroes en las películas, tener un final muy diferente al que hubieran podido tener. En otras palabras para mí, mucho de lo que se ve en las películas de Disney es que depende de la actitud de la persona la posibilidad de cambiar su presente para cambiar y mejorar su futuro. En la película “Saving Mr. Banks” vemos a una señora Travers muy dura y compleja al principio que acepta no sólo el nuevo enfoque de Walt Disney de lo que él quería transmitir de lo que podría ser una niñera de Londres, sino que se deja tentar por los adelantos en el color, en la imagen, en las canciones y hasta por las palabras inventadas (como por ejemplo “Supercalifragilisticoespialidoso”) que como buena escritora, ella no podía aceptar.

Para muchos de nosotros que crecimos hace ya tanto tiempo, todavía hoy nos asombramos de lo que hizo Walt Disney en su época. Como dijo el escritor alemán Peter Stephan Jungk en su libro The Perfect American del año 2001, “…es difícil imaginarnos un mundo sin Walt”. Si bien tuvo sus seguidores y sus detractores, una vida de 65 años dio paso a la creación de un mundo mágico o hasta de un reino mágico, para llegar a crear un conglomerado del entretenimiento cuya influencia sigue llegando de manera continua a todas las partes del mundo. Desde Mickey mouse hasta el pato Donald, pasando hoy por todo lo que significa cada uno de los resorts en donde se encuentran los parques de Disney, con las distintas empresas productoras de películas o de canales de televisión, tiras cómicas, sus propias tiendas con gran cantidad de mercancía hasta las innovaciones en temas tecnológicos y el lanzamiento reciente de películas dirigidas y orientadas al tema de la conservación de nuestro planeta tierra o la creación a finales de los 90, del Disney Institute, para enseñar la filosofía Disney. Todo ello ha creado una marca de carácter mundial que no se olvida fácilmente.

Emma Thompson como Pamela Travers y Mickey Mouse
en la película 'Saving Mr. Banks'
En la propia película vemos una escena donde Walt Disney le cuenta a la señora Travers lo duro que fue su infancia en Missouri, teniendo que repartir periódicos de noche en temperaturas bajo cero y totalmente cubierto de nieve. Y esto nos debe recordar a todos que para que una persona llegue a ser exitosa, no necesariamente tiene que tener una infancia feliz, ni mucho dinero, ni venir de una buena familia. Quienes sepan o hayan leído de la historia de Walt Disney, sabrán que tampoco tuvo un inicio fácil porque nadie creía en sus dibujos animados; que muchos años de su vida vivió hipotecado y que en más de una oportunidad se tuvo que declarar en bancarrota. Y todo, para salir cada vez más reforzado, más determinado a desarrollar lo que quería, más exigente consigo mismo y más orientado alcanzar sus sueños, que no eran más sino los de hacer felices a quienes pudieran ver sus películas o asistir a sus parques.

Walt Disney ha sido catalogado como ‘un hombre ordinario con una extraordinaria visión’. Eso se dice muy fácil pero no sólo toma una vida completa para lograrlo, sino que su legado debe pasar mucho más allá para que inclusive los niños de hoy sepan quien fue Walt Disney, cuáles fueron sus sueños y que fue lo que logró en realidad. Y no estoy hablando aquí de caricaturas o de programas o libros o parques. Estoy hablando de un legado que vive inclusive a pocos años de que se cumplan 50 años desde su desaparición física. Muchos dirán que la vida no es tan fácil como él la presentaba en sus películas; pero es que eso lo sabemos todos. Lo importante es darnos cuenta de que sólo nosotros somos quienes podemos cambiar lo que nos sucede; que sólo nosotros somos los que decidimos ver la vida como algo distinto, que debemos luchar cuando la situación se torna dura, trabajar más fuerte para buscar nuevas oportunidades y entender que todas las caídas que podamos tener en el camino nos deben fortalecer, no para aparentar que nunca sucedieron, sino para aprender y mejorar de cada una de ellas.

En más de una ocasión he escrito una de las frases de Walt Disney que más me gusta y que más utilizo y dice “si lo puedes soñar, lo puedes hacer.” Démonos cuenta que todo puede comenzar con un sueño, pero que no se debe quedar allí ya que todo sueño debe convertirse en acción para luego convertirse en realidad. Hagamos que todo nuestro esfuerzo y todo nuestro trabajo esté orientado a lograr convertir nuestros sueños en algo real y en algo palpable, sobre todo esperando que esos sueños algún día dejen también nuestro legado en el futuro.


Seguiremos motivando. Luis Vicente

viernes, 17 de enero de 2014

Con visión de futuro.


Hoy llegamos a las 35.000 visitas al blog Motivando El Futuro y a la vez se han visitado más de 55.000 páginas dentro del mismo. Hace menos de tres años este blog surgió como una idea para escribir sobre temas positivos, para inspirar, para hablar de motivación y de cómo aprender herramientas para tener una actitud positiva. Con el tiempo ha dado paso además, a artículos sobre liderazgo y metas, sobre comportamiento y éxito, sobre el presente y el futuro.

Gracias a todos por permitirme llegar a ustedes con un mensaje de optimismo y visión de futuro que tanto necesitamos.

Seguiremos Motivando, como siempre!

Luis Vicente Garcia

miércoles, 8 de enero de 2014

Nuestras METAS para el 2014


Comienza un nuevo año y hay que generar nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevos desarrollos. Nuevas ilusiones se nos vienen a la mente y nuevos ideales que cumplir. Un nuevo año que nos trae la oportunidad de crear cosas nuevas y colocarnos nuevas metas y objetivos. Ahora bien, en estos tiempos cambiantes hay nuevas alternativas. 

Por un lado tenemos los objetivos del año pasado que no cumplimos. Hay objetivos muy sencillos como por ejemplo comenzar a hacer ejercicios, perder peso o llevar a cabo cosas más sencillas.  Son metas que no iniciamos, que pospusimos o que por alguna razón no llevamos a cabo durante el año pasado.  Hay metas más complejas como iniciar un post-grado, una empresa o hacer más eficientes y rentables las empresas en las que trabajamos.

Por otro lado, tenemos que definir nuevas metas para este año. Nuevas ideas que compartir con los demás y sobre todo con nosotros mismos para que al final del tiempo que nos pongamos podamos demostrar que si pudimos hacerlas y que si pudimos alcanzarlas. Nuestras metas y objetivos deben ser cuantificables, deben ser medibles y deben tener fecha de culminación. Un tema importante a considerar es que mientras más comuniquemos nuestras metas, mientras más las hagamos públicas (por supuesto aquellas que puedan serlo), debemos hacerlo pues es una manera no solo en la que nosotros nos comprometemos con nosotros mismos, sino que además, al darlas a conocer, nuestros amigos, familiares o colaboradores nos pueden dar una mano y nos pueden ayudar a alcanzarlas, además de recordarnos si las estamos llevando a cabo o no.

Si es cierto y ha sido comprobado que si no sabemos hacia dónde vamos nunca llegaremos a nuestro destino. En otras palabras tenemos que colocarnos objetivos que represente un reto para nosotros, nunca lograremos alcanzar nuestro verdadero potencial; si una meta se alcanza muy fácil es que era demasiado sencilla. En el artículo sobre metas que escribí el año pasado les hablaba de áreas de foco. No es que el fijar objetivos específicos sea algo que no se deba hacer; es algo que, por el contrario, es realmente necesario. Lo que a veces nos sucede es que en muchas ocasiones no estamos muy claros - sobre todo al principio - de cual es en realidad este o esos objetivos que nos debemos colocar y, en muchos casos, si bien sabemos cuál es la meta final (aunque sea de manera general), la manera de alcanzarla va cambiando o va siendo modificada a medida que avanzamos en el camino. Nos toca entonces corregir y rectificar el rumbo que hemos tomado inicialmente.

Es en esos momentos cuando nuestros objetivos no pueden ser cuantificables o medibles - por lo menos temporalmente - por lo que podemos entonces ver esas áreas de foco y no los objetivos específicos. Los objetivos son el resultado de lo que se quiere conseguir mientras que el área de foco establece las actividades que debemos realizar para alcanzarlos. Por ello, un área de foco la podemos ver como una especie de camino por recorrer que nos va orientando nuevas maneras de hacer las cosas.

Algo muy importante es que las metas deben estar escritas lo más claro posible. La claridad con la que escribamos nuestras metas y objetivos es lo que nos permitirá definirá el camino que tenemos por delante. Todo se inicia con un primer paso, como dice un antiguo  proverbio chino. Pues el establecer metas y objetivos es el primer paso que debemos dar y ponerlas por escrito es el segundo paso a dar de manera inmediata.

Hay una nueva manera para establecer metas que he venido enseñando en los últimos meses y se basa en la técnica “SMART”. La palabra que en inglés significa inteligente, nos indica que hasta nuestras metas deben ser hechas de manera inteligente. La palabra SMART en este caso nos da las bases y las partes de las que se deben componer nuestras metas:

S – “Specific” o Específicas
M – “Measurable” o Medibles
A – “Aligned with values” o Alineadas a nuestros valores
R – “Realistic” o Realistas
T – “Time Bound” o Definidas en el Tiempo.

Independientemente de lo que hagamos, si es retomar objetivos del año pasado o ponernos nuevos objetivos este año, debemos entender bien que es lo que queremos alcanzar y definir la forma y el camino para hacerlo. Debe ser algo sencillo y sin complicaciones: debe ser algo que nos guste hacer y deben ser aquellas cosas en las cuales seamos nosotros mismos quienes queramos dedicar nuestro tiempo en hacerlo. Y deben ser además nuevos retos para nosotros por delante.

Tomemos entonces la acción, motivémonos para hacerlo bien y en el proceso, disfrutemos alcanzar nuestras metas y nuestros objetivos.

Felicidades y éxito en éste nuevo 2014.

La disciplina de correr: mente y el cuerpo para lograr el máximo rendimiento

Correr no es sólo una actividad física; es una disciplina que requiere dedicación, compromiso y un equilibrio armonioso entre mente y cuerpo...