Continuando con mi entrada de la semana pasada, si bien es cierto que anteriormente mencioné que hoy en día los niños piensan de maneras muy similares a como pensamos sus padres o los adultos que los rodeamos, hay algunos aspectos que deben ser mencionados y que debemos tomar en cuenta ya que estos afectan de manera significativa esta manera de pensar. En primer lugar, todos (y aquí hay que ser muy enfático), todos los factores externos del medio ambiente, de la atmosfera emotiva del medio donde se vive, de las comodidades o incomodidades físicas bajo las cuales se vivan, de las dificultades financieras del momento o las normas socio-culturales, tienen mucha influencia en la manera de actuar y de pensar en nuestros hijos, muchas de las cuales están fuera de nuestro control.
Otro tema importante es que los adultos tendemos a hablar como adultos y tendemos a explicar lo que queremos con nuestro lenguaje de adultos y esto muchas veces no es comprendido, sobre todo por los mas pequeños. Los niños piensan muy parecido a como pensamos sus padres pero esto no quiere decir que son pequeñas versiones de sus padres. Con el tiempo y a medida que se acerquen al período de su juventud podrán pensar en algunos casos más como nosotros, pero no debemos acelerar ese proceso. Nosotros a veces pensamos de maneras abstractas pero ellos no lo hacen o no lo pueden hacer así ya que los niños no pueden comprender el complejo tema de lo abstracto (traten de explicar a un niño de 7 años el valor del dinero o del tiempo, por ejemplo). Esto a veces hace que seamos los adultos que no entendamos a los niños y no lo contrario. Pensémoslo de esa manera.
Sin querer extenderme mucho más en el tema y más bien lo dejo a que a quienes les interese el mismo lo investiguen por su cuenta, los dejo con un resumen que obtuve de una de las lecturas que hice en el internet y que me parece que de una manera interesante nos orienta a entender cómo piensan los niños:
*) Debemos aceptar que los niños se basan en sus experiencias sensoriales; Es decir, se basan en sus sentidos para aprender sobre el mundo que los rodea;
*) Nosotros como adultos debemos ayudar y orientar a que los niños y jóvenes puedan entender, conocer y tener este tipo de experiencias que les permita entender el mundo que los rodea;
*) El entorno del niño afecta su visión del mundo. La habilidad que tenga para comprender los conceptos de su mundo dependerán de su cultura, sus valores, su posición económica, la comunidad donde se desenvuelve, su vida familiar, su salud, educación y otros temas muy relacionados;
*) Obviamente las instituciones educativas juegan aquí un rol más importante del que ellos se imaginan. Lamentablemente en nuestros países todavía con una cultura educativa en desarrollo (por no usar otro calificativo) no hay programas orientados a identificar y diseñar las actividades de aprendizaje que ayuden a realzar las habilidades especiales de nuestros hijos y de los jóvenes en general de acuerdo a los estilos de aprendizaje y las experiencias educativas individuales de cada estudiante.
En definitiva, hay que ayudar a los niños y a los jóvenes a pensar, a ser creativos, a ser libres para interpretar sus ideas. Al niño que le guste leer, motivémoslos a leer; igual al que le guste dibujar, o pensar, crear, investigar, por supuesto siempre de una forma positiva. Hagámosles preguntas; no solo cómo les fue hoy. Yo siempre les pregunto a mis hijos: ¿qué aprendieron hoy? Hagámosles preguntas que los hagan pensar, que los hagan deducir, que los hagan recordar. Enseñémosles a leer, enseñémosles sobre el arcoíris, las plantas, las estrellas, los libros (que pronto solo serán algo del pasado cuando vengan las versiones electrónicas). Pero siempre seamos un ejemplo. No los obliguemos a pensar como nosotros. Recuerden, ellos son seres independientes, con mentes independientes que fueron creadas desde el mismo momento de la concepción y que se fueron desarrollando, primero célula por célula, luego neurona por neurona y que si las entrenamos bien, seguirán aprendiendo no solo durante sus años de estudio sino luego en etapas posteriores de su vida en un aprendizaje continuo (como les escribí hace dos semanas).
Motivemos a los niños y jóvenes a ser ellos mismos, a pensar como ellos, a desarrollarse como ellos, ya que con nuestros ejemplos, con nuestras enseñanzas y con los valores que les podamos ensenar a lo largo de los años donde podamos dedicarnos a ellos y ellos a nosotros, podremos crear y desarrollar de manera excelente a las futuras generaciones. Y démonos cuenta que son mentes independientes, que piensan distinto, pero que nos han visto actuar, hablar, desarrollar, conversar y que al final, tendrán sus propias ideas y sus propios pensamientos pero sus valores y lo que aprendieron de nosotros harán que en el fondo piensen de alguna manera como quienes les enseñamos inicialmente.
Y sigamos motivandonos nosotros mismos para motivarlos ellos................
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- Luis Vicente García G.
- Luis Vicente, coach y motivador para ayudarte a alcanzar el éxito. Fundador y CEO de Incrementum Academy
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