Este 22 de mayo se
celebraron en gran parte del mundo, los 200 años del nacimiento de Wilhelm Richard
Wagner, gran poeta, músico, compositor y director alemán quien nació el 22 de
mayo de 1813 en Leipzig y murió el 13 de febrero de 1883 en Venecia. Mucho se
ha escrito sobre él y de hecho, desde que vivió hubo mucha discusión, no solo
sobre su aporte a la música y lo que se considera ahora el “arte” de la música,
sino que además fue muy criticado por sus comentarios y participaciones en
temas de política, razas y las corrientes revolucionarias de la época.
Creció de joven queriendo
ser poeta y escritor pero la música de Beethoven lo influenció de tal manera
que ya a sus 20 años se había convertido en un importante director de
orquestas. En 1842, Wagner se trasladó a Dresde, donde se convirtió en
compositor de la corte real alemana, lo que lo impulsaría por gran parte de su
vida. Siempre trabajando en varias obras al mismo tiempo, comenzó a desarrollar
la visión de una nueva mezcla de las palabras, la música y la acción en una
"obra de arte total". Su principal objetivo fue "la
representación inmediata de la naturaleza humana”.[1]
Wagner es considerado por muchos como uno de los
compositores más influyentes de la historia; un músico de la era romántica
tardía, que siempre demostró en sus obras una excelente calidad. El estilo
musical de Wagner, con su exploración sin precedentes de la expresión
emocional, introdujo nuevas ideas en la armonía, el proceso melódico y la
estructura operística. Llegó a explorar, como se ha indicado por varios
historiadores, los límites tradicionales de las tonalidades y los acordes,
marcando el camino de la atonalidad (o ausencia de una tonalidad o armonía
definida[2]), que
se desarrolló en el siglo XX. De hecho, algunos historiadores musicales señalan
que el comienzo de la música clásica moderna data desde las primeras notas de
Tristán, conocidas como el “Acorde de Tristán”.
Wagner inspiró a muchos seguidores y escritores,
así como a su vez, hubo muchos - en
aquella época - en contra de su música. Es bien conocido que el gran compositor
Gustav Mahler afirmó: “Sólo hubo Beethoven y Richard [Wagner], y después de
ellos, nadie”. Adicionalmente Richard Wagner hizo una importante contribución a
los principios y prácticas de la dirección orquestal, lo cual quedó finamente
escrito en su ensayo Sobre la Dirección Orquestal (1869); además indicó que la
dirección era un medio por el cual una obra musical puede ser reinterpretada,
en lugar de ser un simple mecanismo para conseguir la armonía orquestal.
Para celebrar su natalicio se han organizado
seminarios, conferencias, simposios, conciertos, óperas y hasta festivales.
Desde Leipzig, Berlín, Londres, Melbourne, Nueva York, hasta pasando por Panamá
y Buenos Aires, entre otros lugares, se llevarán a cabo grandes eventos para
recordar su música, su ingenio y su arte. Este martes 22 de mayo tuve la
oportunidad de asistir al concierto inaugural del Festival Wagner (http://www.wagner200.co.uk/)
en el Royal Festival Hall en Londres, donde la Philharmonia Orchestra, bajo la
dirección de Sir Andrew Davis, tocó un espectacular concierto que incluyó la obertura
de Dier Meistersingers, el Preludio de Tristán e Isolda y el tercer acto de La
Valquiria, sin duda una noche de grandes éxitos, como lo reseña el periódico The
Guardian en su edición del 23 de mayo:
De la misma manera pude escuchar a la Orquesta Sinfónica de Panamá, en un gran concierto en el Teatro Nacional de dicha ciudad - a principios de mayo - en el que se tocaron obras de Wagner y Verdi. Gran noche también sin lugar a dudas.
Entre
las grandes obras de Wagner se encuentran algunas de las óperas más importantes
e interpretadas a nivel mundial como lo son: El Anillo del Nibelungo (Der Ring
des Nibelungen, en alemán), el cual es un ciclo de cuatro óperas
épicas, basadas en elementos de la mitología germánica. Estas óperas son El oro del
Rin (Das Rheingold), La valquiria
(Die Walküre), Sigfrido (Siegfried) y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung), cuya
música y libreto fueron escritos por Richard
Wagner en el curso de veintiséis años, de 1848 a 1874. Además, otra de las
óperas más famosas lo es también Tristán e Isolda, compuesta entre 1857 y 1859.
Wagner en su época no las llamó óperas, sino más bien se refería a ellas como
dramas musicales.
A
lo largo de todo este año se celebrarán conciertos y festivales dedicados a la
música, obra y vida de Richard Wagner, quien no solo fue un gran compositor
sino que influyó de una manera muy especial en la música clásica que luego se
desarrolló desde principios del siglo XX. Disfruten de la maravilla de la
música clásica y de las grandes obras de Wagner que se presentarán en un gran
número de ciudades en todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario