a los 85 años de su nacimiento.
Junio 06, 2015
El seis de junio de 1930 nació de una familia muy
sencilla, un niño a quien pusieron de nombre Mauricio. Hijo de Don Luis García
Nebot y Carmen Elvira Araujo, creció en la Maracaibo de los años 30, muy
distante de lo que son hoy las urbes capitalinas en América Latina. Por
circunstancias de la vida se gradúa de economista en la ciudad de Nueva York y
al terminar sus estudios se muda a Caracas. Allí comienza en la Creole lo que
sería una muy exitosa carrera profesional de 60 años y donde conocería a mi
madre, Irene Giliberti.
Una vida que dio como fruto cuatro hijos, a quienes
se le agregaron cuatro hijos políticos y de quienes nacieron increíbles 14
nietos, quienes por la llamada globalización vivimos en países y ciudades
diferentes, pero manteniendo el mismo cariño y la misma amistad de hermanos que
siempre nos ha caracterizado.
Un padre ejemplar, un maestro, un guía, un excelente
profesional, pero sobre todo, un amante de la sabiduría, la lectura, el
conocimiento y las discusiones a fondo sobre las diferentes materias acerca de
las que hablaba. Siempre dando su opinión (a veces tajante), persona de
profundos pensamientos, supo anticipar las vicisitudes de las economías
frágiles de nuestra América Latina. Estudioso, investigador en instituciones
como la Universidad de Texas en Austin, el Wilson Center for Latin American
Studies en Washington, DC, o miembro de un exclusivo grupo internacional de
economistas bancarios por más de 20 años, explicaba los términos económicos con
mucha claridad y sencillez. Invitado a dar conferencias en el FMI y eventos a
nivel mundial, dedicó las últimas dos décadas de su vida al estudio de dos
temas que siempre le apasionaron: las empresas familiares y el Renacimiento.
Sobre las empresas familiares, me decía, son el “fundamento
de un gran crecimiento para el país.” Trabajó muchos años en fomentar
el estudio de las empresas familiares en Venezuela sobre lo cual su familia, tuvimos
el grandísimo honor, a un mes de su partida, que el ‘Instituto de Gerencia y
Estrategia del Zulia’ (I.G.E.Z.) le pusiera su nombre, Mauricio García Araujo, a su Cátedra de Empresas Familiares. Amigo
del Dr. Uslar Pietri y del Dr. Fernandez Morán, siempre hablaba de la
importancia de tener clara la Visión de Futuro de un País, algo en lo que
verdaderamente fallamos hoy día.
Primer Director de la Cátedra Arturo Uslar Pietri de
la Universidad Metropolitana en Caracas, se muda a Maracaibo, su ciudad natal a
tan solo un año de su fallecimiento. Fue como regresar a sus orígenes y allí
hace tres cosas que para él fueron maravillosas. La primera, reencontrarse con
la ciudad de su juventud, a la cual había dejado según él siempre nos contaba a
sus 16 años; la segunda, trabajar sobre nuestra amada Venezuela, para lo cual diseñó
el Seminario “Venezuela ante los Retos
del Siglo XXI”, el cual nunca pudo ver realizar pero que gracias a la ‘Universidad
Rafael Urdaneta’ fue impartido en la Escuela de Ciencias Políticas; y tercero,
se pudo dedicar a estudiar y entender cómo la mente Renacentista de da Vinci y
Miguel Angel, entre otros, crearon el inicio de un gran movimiento de
creatividad e innovación que como me decía… “no
podemos permitir que se detenga.”
Hoy hubieras estado cumpliendo 85 años; hoy hubieras
seguido contribuyendo al desarrollo del conocimiento; hoy seguirías estando muy
orgulloso del logro de tus nietos y de tus enseñanzas. Por ello, papi, en el
día de tu 85vo cumpleaños, gracias y mil gracias más; pues con tu
ejemplo, perseverancia, entereza y espíritu de esa mente del hombre inconforme
de la cual tanto nos hablaste, nos enseñaste a ser visionarios, a creer en la
libre empresa, a impulsar a la unión y el desarrollo de la familia y a siempre
estar en la búsqueda de una mejor educación, de un mayor conocimiento, de un
mejor porvenir y de un mejor futuro.
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