Como todos los domingos, muchos de nosotros nos
despertamos esta mañana de una manera tranquila, sin apuros, sin el correr y el
estrés de la semana, pudiendo hacer otro tipo de actividades. Salimos a caminar
o a correr, fuimos a desayunar en alguna panadería y estamos de vuelta en casa.
Y ahora nos preguntamos, ¿y qué vamos a hacer hoy?;
¿No les parece una pregunta conocida? A mí me la
hacen mis hijos algunos fines de semana y me imagino que a muchos de ustedes
también; y los que no tiene hijos también se la deben hacer, aunque sea de vez
en cuando. Ese que vamos a hacer hoy no era tan importante hace unos 50 o 25
años pues uno no se hacía esa pregunta; uno más o menos sabía lo que se hacía
cada día de la semana. Y los fines de semana, como no existían ninguno de los
gadgets electrónicos de hoy en día, la vida era más sencilla y sabíamos lo que
se hacía: se visitaba a la familia y se veían los tres o cuatro canales que
entraban por la señal de nuestros televisores.
Hoy esa pregunta es bastante más compleja pues
nuestros hijos nos demandan mucho más que una simple visita a la familia.
Quieren acción, se cansan muy rápido de lo mismo, absorben información a una velocidad
infinitamente superior a la nuestra, saben cómo hacer las cosas sin ni siquiera
leer las instrucciones, necesitan mucha más actividad y distracción que
nosotros, se cansan muy rápido de lo mismo, en fin, eso de hacer lo mismo todos
los días o todos los fines de semana no va con ellos. Van a ser innovadores,
van a ser creadores, van a ser - por lo menos algunos - creadores de sus
propias ideas que los van a llevar a generar sus propias empresas, sus propias
iniciativas o verán adelante sus propias invenciones (al contrario que muchos
en nuestra generación que vimos el tiempo pasarle por encima a nuestras ideas y
a nuestros sueños).
¿Qué hace uno para que la vida no sea una rutina?
Uno la cambia, la mejora, la reinventa continuamente, la hace una nueva forma
de vivir. Y es casi ya una obligación con nosotros mismos. Ya no podemos
permanecer sentados en un sillón pues la vida nos está pasando demasiado rápido.
Cerramos los ojos los viernes por la noche y ya es lunes de nuevo. Trabajamos
12 horas cada día en la semana y no nos da tiempo de hacer todo lo que tenemos
que hacer en el trabajo. Por ello, debemos reinventarnos para que nuestro
tiempo libre, nuestro tiempo con la familia, sea el mejor tiempo posible y con
la mayor calidad que les podamos brindar. Y la tecnología nos sigue invadiendo,
pues si nos dejamos, en la casa cada uno está con una laptop, un iPad y un iPod
y la conversación y la comunicación, pues bien gracias ya que cada uno está en
su mundo y lo peor del caso es que no nos damos cuenta de ello. Decidan romper
esa rutina. Hay que cambiar, salir, caminar en familia, pasear, pensar en el
futuro, planificar la vida de sus hijos, hacerlos partícipes del futuro de ellos
y también, por qué no, de nuestro futuro ya que ellos estarán presente en él. Y
de verdad hay tantas cosas que los jóvenes de hoy quieren hacer y desde tan
temprana edad que hay muy poco tiempo para hacerlo en conjunto con ellos.
Pues hagámoslo. Hay muchas posibilidades y
alternativas para reinventarnos. Comencemos por cosas sencillas. Hoy vayamos a
pasear a un lugar diferente que no conocemos o a almorzar en un lugar distinto.
Puede ser un nuevo restaurant o puede ser haciendo un picnic en un parque.
Algunos puede que nunca lo hayan hecho y otros lo hicimos la última vez hace
muchos años; se pasa un rato muy divertido. Comencemos a leer un nuevo libro.
Aquellos que leen mucho, compartan la lectura con sus familiares y a los que no
leen, comiencen hoy mismo. Hagamos ejercicio, es lo único que nos va a mantener
en forma, sanos y más fuertes para el estilo de vida que llevamos. En muchas
ciudades ya hay lugares destinados para caminar o para pasear en bicicleta;
además, casi todos los fines de semana una empresa organiza o patrocina una
caminata de 5K o una carrera de 10K. Háganlo en familia ya que es realmente
divertido y diferente.
Investiguemos, aprendamos, tomemos una clase de
algo nuevo, en nuestro campo de acción o en algo totalmente diferente, como por
ejemplo, neurociencia (bueno, estoy exagerando). Los que lo puedan hacer y
tengan el tiempo - ya que esto es importante, les recomiendo que hagan un diplomado,
un postgrado o que obtengan un título de estudios superiores; va a ser
excelente para su desarrollo profesional. Hagan un curso de lectura rápida.
Saquen a la familia a ver un juego, un concierto, una obra de teatro. Vayan a
lugares diferentes y que nunca han pensado en visitar. Conozcan sobre las
plantas, las aves, el clima, las estrellas, lean sobre el porqué anoche la luna
estuvo tan brillante o porqué el desierto del Sahara está creciendo. Lean sobre
alguien nuevo cada día. Investiguen. Aprendan. La lista es bastante larga e
infinita pero sólo si ustedes quieren, sólo, si todos lo decidimos.
En fin, hay demasiadas cosas que hacer para que
venga uno de nuestros pequeños y nos diga, papi o mami, estoy aburrido. Enséñenles
a sus hijos a que esa palabra no debe existir en sus vocabularios. Enséñenles a
ser creativos, innovadores y a tener ideas. Enseñémosles a pensar, no a ver
televisión; a leer, no a jugar sus juegos digitales más allá de lo debido (cada
padre tendrá sus decisiones al respecto). Pero enseñémosles a todos,
incluyéndonos, que la rutina no existe, que solo depende de nosotros y a la
final todos seremos más innovadores, más creatividad, mejor desarrollo
intelectual, con más energía, con más fortaleza interna, con una mejor actitud
positiva y con el ánimo que se requiere para siempre tener una vida alegre,
feliz, pero a la vez muy activa y sin las rutinas que nosotros mismos nos
creamos.
Seguiremos motivando. LVGG
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