Una de las cosas que no hacemos
hoy en día es preguntarnos por qué, ser curiosos o usar mejor nuestra mente. Si
bien tenemos en nuestras manos la mayor cantidad y disponibilidad de
información que haya existido en la historia de la humanidad, cada vez son
menos los que saben, aprenden y conocen sobre muchos aspectos importantes,
incluyendo temas de cultura, historia, arte, eventos importantes y otros. No es
que debamos aprender fechas o lo que pasó en ellas; en realidad es llegar a saber
cuál fue el significado que estos eventos tuvieron o siguen teniendo en lo que
la humanidad es hoy en día. Hace unos 20 años hicieron una encuesta de cuál era
el producto que más importancia había tenido en el desarrollo de la humanidad.
Y me imagino que su reacción al leer esto será la misma que yo tuve en aquel
momento, dado que los encuestados incluyeron el cepillo de dientes dentro de
los inventos más importantes. Algunos podrán decir que eso no es cierto, que
más bien deberíamos pensar en las computadoras, la rueda, en el teléfono, en la
luz, la imprenta o en otros inventos. Pues en realidad, lo que debemos es darnos
cuenta que mucho de los inventos que se crearon para ayudar a la salud e higiene
de la especie humana fueron los que le dieron al hombre una mayor longevidad,
una mejor calidad de vida y con ello la posibilidad de hacer más y novedosos
inventos. A manera de ejemplo, el promedio de vida de la gente en la edad
media, era tan solo de 31 años y que poco a poco los instrumentos que se fueron
creando, el desarrollo de la ciencia y la medicina ayudaron a que el ser humano
cada vez pudiera vivir más. Cabe señalar que la edición de la revista National
Geographic de mayo 2013 tiene en su portada fotos de bebés con la siguiente
afirmación: “this baby will live to be
100”[1]
[1]El artículo lo pueden conseguir en: http://ngm.nationalgeographic.com/2013/05/longevity/hall-text
Y digo esto pues a veces uno se
deja de hacer preguntas, toda clase de preguntas; y de eso solo nos damos
cuenta cuando llegamos a ser adultos, ya que especialmente los niños, hacen
pregunta continuamente. En algún momento lo dejan de hacer, pero es nuestra
responsabilidad hacer que no solo ellos las sigan haciendo sino de igual manera
nosotros como adultos. Preguntas del porqué de las leyendas de los siete mares,
o cómo funciona el teléfono, o a quien se le ocurrió comenzar a probar las
frutas de los árboles para determinar cuáles de ellas eran venenosas o no (y
con el riesgo que eso traía). Cuando Henry Ford diseñó y fabricó el primer
modelo de automóviles hecho en una línea de producción, el Modelo T de Ford, le
reclamaban por qué había hecho esa cosa tan “fea” para aquella época y por qué
no le había preguntado a la gente lo que ellos querían. Y su respuesta fue la
que solo a un genio puede dar: “Si les hubiera preguntado a la gente lo que
querían, me hubieran contestado que querían un caballo más rápido”. Recuerden
que estamos hablando del año 1908.
Hoy en día nos preguntamos cosas
diferentes; o no nos peguntamos cosas diferentes. En realidad, hoy no nos
hacemos muchas preguntas, cuando deberíamos más bien aprovechar las facilidades
que nos dan las nuevas herramientas tecnológicas que tenemos a nuestra
disposición, para aprender y saber más acerca de las cosas y es por eso que he
titulado este artículo Escribiendo Curiosidades. ¿Quién sabe de dónde viene el
nombre del Planeta Tierra o cuando se le puso ese nombre?; ¿Quién entiende en
realidad el efecto que causa que podamos ver a un arcoíris?; ¿Qué significa un
año luz?; o, ¿por qué una milla en la tierra es diferente a una milla náutica?;
y, ¿no es una milla igual a la otra?; ¿Cuando dejó la sanación de las personas
de ser un milagro según se decía y pasó de curar mientras se rezaba por el
enfermo a que el proceso de sanación fuera una ciencia con la que se desarrolló
la medicina como la conocemos hoy en día?; ¿A qué distancia queda el
horizonte?; o, ¿Qué animal puede pasar toda su vida sin beber agua?
Sé que a veces muchas de las
preguntas que nos hacemos no tienen ninguna relevancia para nuestras vidas; en
otras ocasiones, preguntarnos cosas interesantes nos puede llevar a nuevos
descubrimientos. Si no, pregúntenle a Colón, Magallanes, Carlo Magno, Charles
Darwin o tantos otros aventureros quienes preguntándose cosas como lo que había
del otro lado del océano o tratando de entender cómo evolucionaron las especies
consiguieron traernos a donde estamos hoy en día. A veces como dije, estas cosas
no nos van a hacer mejores o más habilidosos en nuestros trabajos, pero con
ello solo quiero transmitirles que es necesario que continuamente nos hagamos
las preguntas que nos ayuden a buscar esas respuestas que a veces necesitamos.
Sé que no las vamos a conseguir todas; sé que muchas veces las preguntas no nos
llevarán a ninguna parte; pero a veces encontraremos una pequeña respuesta que
nos puede iluminar el camino (y aquí le podríamos preguntar a Thomas Alva
Edison.
El Diccionario de la Real
Academia Española nos define la palabra Curiosidades[2] como (a)
el deseo de averiguar alguien lo que no le concierne y (b) cosa curiosa o primorosa.
Y en eso de averiguar obviamente los niños nos ganan, lo que nos quiere decir
que cuando nos convertimos en jóvenes y adultos debemos siempre tratar de
seguir siendo curiosos. El científico inglés, Robert Hooke[3] (1653 -
1703), uno de los científicos experimentales más importante de la historia de
la ciencia, estimó en aquella época que la mente era capaz de contener 3.155
millones de ideas. Según los estudios científicos recientes, la mente humana
puede generar unos 70.000 a 80.000 pensamientos por día. Ahora la pregunta es,
¿qué hacemos con ellos? De muchos ni nos damos cuenta; otros los dejamos para
más tarde; de otros ni nos acordamos y al final del día solo actuamos en un 1%
de estas ideas o pensamientos que al final, son nuestras actividades diarias. Y
esa actividad creativa va disminuyendo con el tiempo, a medida que comenzaos a
hacer las cosas de una manera más rutinaria. Los invito a pensar, a ser
curiosos, a innovar e investigar y a que siempre tengamos una mente cada vez
más activa.
“The important thing is not to stop
questioning. Curiosity has its own reason for existing”
Albert Einstein
Seguiremos motivando. Luis Vicente
[1]El artículo lo pueden conseguir en: http://ngm.nationalgeographic.com/2013/05/longevity/hall-text
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