En numerosas ocasiones hemos visto o escuchado acerca de un árbol
caído; lo que sucede es que muy pocas veces, por no decir nunca, se nos cayó
encima de nosotros. Y es que así había sido hasta la noche de este viernes
cuando literalmente el árbol nos cayó encima. Bueno, encima de tres carros uno
de los cuales fue el nuestro.
Apenas cayó el árbol, hubo un sonido estruendoso. Alguien se
asomó a ver qué había sido, si por casualidad un carro que chocó a otro o algo
parecido. En definitiva, creo que hay muchas lecciones de lo que significa la
caída de un árbol o en el tratar de entender por qué cayó encima de nosotros o
de algo de nuestra propiedad. Por supuesto más de uno decía que podíamos hacer
bancos para sentarnos, usar el tronco para hacer esculturas o para encender una
fogata. Pero más allá de eso, creo que el que un árbol se haya caído sobre
nuestro carro nos deja tres lecciones impo
rtantes:
Los vecinos nos
ayudamos todos. Uno salió primero y el otro inmediatamente después.
Hubo quizás un grito de desespero pero cuando salieron todos vieron lo
ocurrido: se había caído una Ceiba de más de medio siglo de vida y unos 12 metros
de longitud y cayó sobre tres carros, los cuales quedaron algo impactados o
quizás inservibles. Cuando digo que los vecinos se ayudan es porque
inmediatamente comenzaron a averiguar de quien era o en que casa estaban sus
dueños, si nadie había salido herido o si había alguna necesidad. Lo que surgió
fue ese espíritu de colaboración que
se hace presente en los momentos difíciles;
Debemos estar
preparados para todo. A los pocos minutos llega la policía quien ante
semejante escena decide llamar a los que sí saben del tema, es decir a los
bomberos. Y ellos a su vez llaman a protección civil. Imaginamos a los bomberos apagando fuegos; esta
vez fue un trabajo coordinado de unas 15 personas para ir, poco a poco, con
hachas, machetes y sierras eléctricas, ir cortando esa inmensidad de árbol para
ir despejando las ramas y partes para una vez entrados al tronco, poder ir abriendo
paso para poder abrir paso por la calle y eventualmente poder retirar los vehículos,
dos de ellos en grúas. Aquí vemos que inclusive las emergencias requieren preparación.
Todo depende de nosotros. En situaciones difíciles vemos
la raíz de las personas; algunas tranquilas, otras preocupadas, unas que
exageran los problemas y otros que buscan soluciones; pero al final lo
importante es la actitud con la que enfrentemos las situaciones. Podemos ver
problemas y riesgos y no saber cómo reaccionar; es allí cuando nos debemos
enfocar en ver cómo podemos ser parte de la solución y no del problema. Y
nuestra actitud personal definirá ese
transitar en nuestras vidas y la manera en que de una manera más positiva
podamos enfrentar esas difíciles situaciones.
Todo nos da una oportunidad para aprender, inclusive un
árbol que se nos cayó encima. Si nos damos cuenta que la ayuda que entre todos
demos, entendiendo la importancia de planificar y prevenir y tener siempre una
actitud positiva serán elementos que nos permitirán en todo momento ver lo
bueno que podrán tener estas situaciones difíciles que nos toquen, lo que
podemos aprender de ellas y por encima de todo, aunque pase lo que pase, nos toca siempre seguir adelante.
Seguiremos motivando
Luis Vicente García
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