La Juventud es, según la definición del DRAE, “Período de la vida humana que precede inmediatamente a la madurez.” Y es cierto, todos somos jóvenes en algún momento de nuestras vidas. Pero les pregunto, ¿la juventud es una cuestión de edad o es más bien una actitud? Por supuesto es una cuestión de edad, pues en la vida biológica hay unas edades en las que la Juventud es y puede ser la etapa mas feliz de la vida de una persona. Pero, pasada esa etapa, llega otra, que nos durará por la mayor parte de nuestras vidas, y esa es la etapa de la madurez.
Mucho hemos escrito en este Blog sobre estas etapas de la vida. Lo mas
importante es no dejarnos arrastrar por la rutina y para ello hay una serie de antídotos
como son la curiosidad, la creatividad, la apertura de nuestras
mentes, la lectura, los viajes, la búsqueda del
conocimiento y un sinfín de cosas que a lo largo de la vida vamos
descubriendo. Y parte de ello es precisamente la actitud que tengamos ante la
vida. Por eso hoy no solo celebro el día de la Juventud (que se celebra en
Venezuela todos los años el 12 de febrero), sino que celebro el Día de la
Juventud con Actitud.
No es que no se cumplan años pues mas bien espero que todos cumplamos
muchos, muchos años. La cuestión es que, si los vamos a cumplir, que sean años
con actitud. Y es que para mi la juventud es sinónimo de eso, de tener una
actitud positiva ante la vida; por lo tanto, la juventud es una cuestión de
actitud.
La actitud en algo intrínseco, que está en cada uno de nosotros y parte de
ser felices en la vida es siempre tener una correcta actitud. Lo vemos todos
los días en la gente que es feliz, sin importar el entorno, la gente que está alegre
a pesar de las circunstancias y, en especial, en esas personas que por una razón
o por otra nos alegran la vida y nos la hacen feliz. Esas son el tipo de
personas con quien debemos reunirnos y de quienes debemos rodearnos.
Debemos poder cambiar, modelar, y mejorar continuamente para ser más
felices. Por ello, como dice Paloma García Riera y Mijares en su artículo Mis
conversaciones con Adelina, “cómo nos tomamos las cosas depende,
exclusivamente, de cada uno de nosotros, no de los demás”.
No podemos cambiar la velocidad con la que transcurren los días, meses o
años, que al parecer van cada vez más rápido. No podemos detener el avance de
la ciencia ni de la tecnología; tampoco detener el paso del tiempo en nuestro
cuerpo, las arrugas en nuestra cara o el sentir de nuestro corazón. Pero si
podemos decidir cambiar nuestra actitud y tener esa actitud positiva de la
que tanto les he hablado, todos los días. Y, para ello, lo que sí podemos y
debemos hacer, es ver las cosas desde el punto de vista positivo, desde ese lado
en que todo suma y nos deja alguna bonita lección, algo nuevo que podemos
implementar o una buena experiencia que podemos compartir. Es, en otras palabras, vivir el presente que
hoy tenemos con una mejor actitud.
Juan Luis Cebrián, fundador del diario El País de Madrid, era -como nos
dice Javier Valenzuela en un artículo publicado en dicho periódico en mayo de 2003,
“un maduro precoz”. La juventud, dijo Cebrián, es "una mirada
sobre la vida"; y nos complementa Valenzuela, es “una mirada que
sigue sorprendiéndose, ilusionándose o indignándose, que sigue creyendo que los
cambios son necesarios y posibles.”
Alguien dijo una vez, lo bueno de la vida es que son muchas vidas. Estas
son las vivencias y experiencias que vivimos, sentimos y aprovechamos. Son los
momentos felices que pasamos, son las bellas historias que hoy contamos. Pero
para ello debemos tener siempre esa gran actitud, y ojala que siempre sea una
actitud positiva. Lo importante no es que la juventud se nos vaya sin habernos
dado cuenta. Por el contrario, lo importante es que la juventud siga con
nosotros durante toda la vida. Que llegue en los momentos en los que decidamos afrontar
la vida con decisión y optimismo, cuando decidamos cambiar siempre para mejor,
cuando queramos ver la vida con optimismo y sobre todo cuando decidamos
nosotros mismos (si es una decisión individual y personal), ser verdaderamente
felices. A veces tarda en darnos cuenta de que podemos seguir siendo jóvenes cuando
queramos, pero, si somos conscientes, puede durar toda la vida. La cosa está en
saber acumular juventud, no importa cuántos años de vida vayan pasando. Ashley
Montagu, científico ingles del siglo pasado, dijo en una ocasión, “The idea
is to die young as late as possible.”
Para finalizar esta entrega, recordemos
las palabras de Henry Ford: “Cualquiera que deja de aprender es viejo, ya
sea a los veinte o a los ochenta. Cualquiera que sigue aprendiendo se mantiene
joven. Lo mejor en la vida es mantener la mente joven.” Por eso la actitud
positiva es una habilidad de confianza en uno mismo, y la confianza en uno
mismo es una de las habilidades más importantes para la vida. Y esa actitud que
tengamos en la forma de actuar, de cómo pensar sobre las cosas, o en la forma
en la que reaccionemos ante diferentes situaciones y personas, será la que nos
de nuestra mejor visión del mundo. Por ello siempre recordemos que el tener una
actitud positiva significa encontrar el lado bueno de las cosas y comportarnos
de una manera que demuestre que siempre estaremos dispuestos a hacer un mayor
esfuerzo.
Eso es lo que yo llamo Juventud
con Actitud.
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