Cada momento, cada época, han presentado innumerables retos y desafíos. De ellas, hasta los lideres han debido conocerlas, entenderlas, manejarlas y sortearlas; inclusive yo diría que hasta anticiparlas en el mejor de los casos. Por supuesto fue casi imposible anticipar el COVID-19 o la guerra entre Rusia y Ucrania, pero la agudeza de un líder va a estar influenciada, en parte, por conocer lo más rápido posible, las oportunidades inesperadas y, por supuesto, los desafíos imprevistos que tendrán por delante.
Hoy no es diferente en lo absoluto. Los cambios en las dinámicas de mercado, de las empresas, la virtualidad, los avances tecnológicos, la digitalización o la inteligencia artificial, son tan solo unas muestras de lo que esta ocurriendo en este momento de nuestras vidas. El desafío de liderazgo en este 2023 seguirá siendo el ritmo del cambio global y la velocidad a la que avanza la tecnología. Los dos son un par de temas que desafiará la visión y la toma de decisiones de cualquier líder, ya que ambos tienen un impacto significativo en la escalabilidad de una empresa, el marco de tiempo para escalar y el valor que ofrece a lo largo del espectro de su crecimiento. El secreto para superar los desafíos es anticiparse a ellos hasta el punto de minimizar su complejidad inherente, algo que demasiados líderes organizacionales retrasan hasta que es demasiado tarde.
Entre los tres principales desafíos de liderazgo para este momento tenemos los siguientes:
- Crear un propósito compartido;
- Identificar y comunicar cómo se ve el
éxito; y,
- Gestionar las perspectivas.
Hoy convivimos en el trabajo cuatro y hasta cinco generaciones, todas muy disimiles y con características y necesidades muy diferentes. Los Millennials están reclamando continuar con el trabajo remoto, mientras que la generación Boomer desea ver a la genta, hablar y compartir con los demás. Todos somos diferentes, motivados de manera diferente, nos comunicamos de manera diferente y toman decisiones de manera muy diferente. EL líder de hoy debe ofrecer valor a largo plazo a través del propósito, la pasión y los ideales compartidos, con una estrategia a largo plazo que logre atraer a los mejores talentos de la actualidad. Según un estudio de PwC de 2017, una cuarta parte de los directores ejecutivos informan un cambio en el sentido de propósito de su empresa en los últimos tres años para tener en cuenta su impacto más amplio en la sociedad. El desafío para los líderes, entonces, es traducir lo que saben y crear un lenguaje que le hable a sus colaboradores, proveedores y clientes en general.
Por otro lado tenemos una tecnología que avanza constantemente, a pasos agigantados, donde el cambio está presente todos los días; hoy también se le agrega que los lugares de trabajo dispersos geográficamente son la norma. Para comunicar el éxito, los líderes deben primero identificar cómo se ve el éxito para así lograr comunicar las estrategias para alcanzarlo.
Además, hoy sabemos que gran parte del éxito y los retos de una organización radican en la percepción del líder, especialmente cuando son esas percepciones las que impulsan nuestras actitudes que luego impactan a los demás. En un mundo más competitivo y en constante cambio, la forma en que un líder se comporta tiene implicaciones directas no solo para el clima organizacional, sino para el desarrollo de la empresa y el desarrollo del liderazgo efectivo d ellos jóvenes y nuevos talentos. Por cada persona que ve incertidumbre, por ejemplo, hay un líder que ve oportunidad; por cada líder que ve riesgo, otro ve una posibilidad de crecer.
"La forma en que aparecen los líderes es contagiosa"
Un líder es alguien que inspira pasión y motivación en sus seguidores. Un líder con una visión clara, una mejor perspectiva y gran pasión, logrará que su equipo tenga el apoyo continuo y las herramientas necesarias para alcanzar sus objetivos.
** Imagen creada con Bing / Dall-E
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