En días recientes hemos podido observar una gran cantidad de hazañas de
muchos venezolanos en el baseball profesional de las grandes ligas. Desde
Miguel Cabrera ganando su triple corona y esta semana obteniendo el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana; Miguel Scutaro siendo el MVP de los Play-offs
de la Liga Nacional; Pablo Sandoval siendo el MVP de la Serie Mundial y Carlos Gonzalez, jardinero de los Rokies de Colorado, quien ganó su
segundo guante de oro. Todo esto hizo traer a mi memoria grandes recuerdos de
mi infancia, que al igual que la infancia de muchos de ustedes, debe haber
estado repleta de héroes y de grandes jugadores, de cualquier deporte, donde
nos visualizábamos mas de una noche a nosotros mismos jugando en algún campo
deportivo para un equipo profesional.
Pues bien, nuestros héroes de cuando niños o jóvenes fueron eso: nuestros
héroes al igual que los héroes y personajes que todos los días realizan grandes
hazañas y que hoy día son los héroes de nuestros hijos y sobrinos. Pero además,
la retrospectiva me hizo darme cuenta de algo mucho más importante. Esos héroes
que tuvimos cuando niños y que siempre seguirán con nosotros eran parte de un
mundo de fantasía en el que todo niño vive en algún tiempo durante su infancia.
Luego crecemos y vemos a éstos héroes como gente más humana, como nosotros mismos y de
allí me vino éste idea que quiero compartir con todos ustedes.
Todos nosotros somos héroes, de una forma u otra. Sí, es correcto, cada uno
de nosotros de manera individual lo somos si nos queremos dar cuenta de ello. Somos
los héroes de nuestros hijos, de nuestros amigos, de nuestros familiares o hasta
de las personas en las que influimos día tras día, los miembros de nuestros
equipos de trabajo. Somos los héroes del día a día, pero más importante aún, debemos
darnos cuenta que en realidad somos los héroes de nuestra propia vida, de
nosotros mismos. En pocas palabras, todos tenemos nuestra propia historia, que
la vivimos, comenzamos, definimos, orientamos, creamos, disfrutamos, hacemos, corregimos,
mejoramos, implementamos, seguimos, continuamos y complementamos. Esa es
nuestra vida diaria en la cual todos nosotros debemos brillar, debemos buscar
la excelencia y en camino debemos convertirnos en héroes, nuestros propios
héroes y los de quienes nos rodean. Y es de esa misma manera que todos debemos
trabajar en función de darnos cuenta de lo que debemos hacer para que los demás
también lleguen a ser sus propios héroes y lo sean además para nosotros. ¿Cómo
lo hacemos?; ¿Cómo convertimos a personas de nuestro alrededor, de nuestro
entorno en héroes?
La verdad si nos damos cuenta es algo bastante sencillo (no fácil sino
sencillo) y es que esto lo podemos hacer con una meta individual para cada uno
de nosotros, que se debe transformar en un proceso de inspiración y enseñanza
hacia ellos, a que todos y cada uno de ellos - quienes nos rodean - puedan llegar a ser los héroes de sus propias
vidas; sólo hay que ayudarlos a inspirarse a que comiencen con su historia de
excelencia de una vez.
La palabra Héroe es una palabra que viene del Latín HEROS, que significa a) ilustre o famoso por sus hazañas o virtudes
y b) hombre que lleva a cabo una acción heroica. Es, en pocas palabras, una
persona que va más allá de sus limitaciones para realizar hechos a veces sobre
naturales o realmente poderosos que nos marcan o influyen de varias maneras.
Muchos hemos leído o visto miles de casos de este tipo, como el piloto del
avión que logró acuatizar en el río Hudson en Nueva York en el año 2010, o el vecino que
arriesgando su vida rescató a miembros de su comunidad en una crecida de un
río, o a aquél que ya estando sin fuerzas rescataba a la gente desconocida de
un edificio en llamas. Lo hemos visto en las películas y también lo hemos visto
en la vida real. No quiero decir que todos debemos realizar un hecho de
semejante naturaleza, sino que si nos damos cuenta, todos nosotros realizamos
algunas actividades de manera más cotidiana que muy bien se pudieran traducir
en eventos trascendentales en nuestra vida y en la de aquellos que nos rodean.
Son personas o caracteres que ante la adversidad o el peligro, o desde una
posición de desventaja o debilidad,
obtienen la fuerza y el coraje necesarios para realizar acciones de gran envergadura,
acciones heroicas que inclusive tienen impacto en parte importante de la
sociedad o de su entorno. Si no les viene nada a la mente, veamos algunos
ejemplos:
- La madre que todos los días sigue
guiando a sus hijos;
- El profesor que día tras día logra
enseñar a sus alumnos, aún en circunstancias difíciles;
- La enfermera que logra milagros con
sus manos por que no posee los insumos necesarios para hacerlo de manera
más posible o humana;
- El padre que ante toda adversidad
lleva los alimentos a su familia, día tras día a veces con demasiado
esfuerzo de su parte.
Todos estos más todos los ejemplos que ahora si les pueden venir a sus
mentes son ejemplos cotidianos de los héroes del día a día, de los amigos y
vecinos o de nuestros compañeros de trabajo. A ellos la sociedad les debe
mucho, inclusive sin reconocérselos. Son estas personas, los hombres y mujeres
de nuestra vecindad, de nuestros pueblos y ciudades que se logran en convertir
no solo en sus propios héroes que los llevan hacia adelante día tras día, sino
que son aquellas personas que con su constancia y dedicación se convierten en
nuestros héroes de cada día, de todos los días. Siempre hay algo nuevo, como
por ejemplo la semana pasada con la extremadamente peligrosa tormenta y huracán Sandy
que tantas vidas y bienes le ha costado a la costa este de los Estados Unidos.
Y allí hemos visto en las noticias a los miles de héroes que han salido a la
calle a buscar y rescatar a sus vecinos,
a gente que estaba de paso, a gente más necesitada que ellos en ese momento.
Esos son los héroes que surgen día tras día, casi que de manera espontánea.
Pensemos quienes son ellos, los incógnitos, y reconozcámoslos;
agradezcámosles por todo lo que hacen por nosotros o por los demás, aunque la
mayoría de la gente no lo hace por reconocimiento sino por sentirse bien consigo mismo, por
superarse, por ayudar. Sepamos y busquemos quienes son, para seguir con su
ejemplo el modelo de cómo deben ser las cosas, cómo debemos todos mejorar como
personas en convivencia los unos a los otros. Nuestras sociedades están pasando
por muchas dificultades, desde nuestras propias urbanizaciones y dentro de nuestras
propias fronteras, hasta en países muy lejanos como en Europa o el Medio
Oriente. Las dificultades aparecen todos los días y con ellas la gente, que con
su esfuerzo, trabajo y dedicación se convierten en esos héroes que todos
necesitamos. Ya no los héroes de las tiras cómicas o los de nuestra infancia,
aunque ellos tengan un sitial importante en nuestra memoria; sino más bien los
héroes de la vida cotidiana, del día a día, y de nuestra propia vida.
Seamos esos héroes, apoyemos a esos héroes, busquémosles en donde estén y
démosles la ayuda - y por que no hasta el reconocimiento - que todos necesitan y que todos merecemos todos
los días.
Seguiremos motivando. LV
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